A continuación nos referiremos a los resultados del Informe 2009 sobre la “Evolución del racismo y la xenofobia en España” de Cea y Valles (2009). Dicho trabajo, basado en el análisis de 2.768 encuestas realizadas en todo el territorio nacional, ofrece interesantes aportaciones y conclusiones. Una de ellas es que cuanto mayor es el número de inmigrantes con el que cuenta un pueblo o ciudad, mayor es la percepción en cuanto a número de in
migrantes existen en el conjunto nacional, algo que parece obvio. Castilla y León, es una de las seis Comunidades Autónomas que menor porcentaje de población extranjera tiene entre sus estructuras demográficas (6,1%, en 2008 fecha que se tomó en el estudio ), aunque la población local concibe que en su pueblo o ciudad hay un 11,7% de inmigrantes, casi el doble, y que en España hay un 18,8% , cuando la media era del 11,4% en el momento en el que se realizó el estudio en cuestión. Dicha percepción, si tomamos la totalidad de los resultados obtenidos en la encuesta, llega al 20,6% para el número de inmigrantes que residen en nuestra localidad, incrementándose al 22,7% para el conjunto nacional, otra vez, casi el doble. En todas las regiones españolas se percibe que hay mayor proporción de inmigrantes fuera de su pueblo o ciudad, menos en los casos de Madrid y La Rioja, de manera que podemos afirmar que existe la percepción, casi generalizada en nuestro país, de que hay más inmigrantes de los que realmente son, sobredimensionándose dicho fenómeno.
Ante la pregunta de cómo considera el número de inmigrantes que actualmente hay en España, hemos de destacar que el 46% lo considera excesivo, lo cual nos reafirma la conclusión a la que llegamos actualmente sobre la elevada percepción existente sobre el número de inmigrantes que hay en nuestro país, mostrándose importantes diferencias entre Comunidades Autónomas. Curiosamente, Castilla y León está entre las seis regiones que más piensa que el número de inmigrantes en nuestros territorios es excesivo (51%), a pesar de que está entre las seis que menos proporción de inmigrantes tiene y siendo la séptima que menos número absoluto de inmigrantes tiene en sus estructuras demográficas, con una densidad de 1,78 inmigrantes/km2. Es evidente, por tanto, que el número de inmigrantes que conviven en nuestra localidad, no es determinante para que consideremos que su número es excesivo, de modo que nos tenemos que basar en otros criterios ajenos a la convivencia, como por ejemplo la imagen, en mayor o menor medida sesgada y sensacionalista, que de la inmigración nos dan los medios de comunicación. Dichos posicionamientos de la población local están influenciados y mediatizados por los medios de comunicación que hacen concebir la inmigración como una gran “problema”, aunque luego no sea, ni mucho menos, tal su magnitud. Del mismo modo Cea y Valles (2009) determinan que se dan factores que condicionan la percepción del exceso de inmigración en nuestra sociedad como son la edad (a mayor edad mayor percepción de exceso) y el nivel educativo y cultural (a menor nivel mayor percepción). No interfieren otros factores como el género o el tamaño del municipio, a pesar de que en estudios pasados sí q
ue se detectaban diferencias. De nuevo se produce un hecho que llama mucho la atención y es que no se observan diferencias significativas entre los posicionamientos de parados y trabajadores. A pesar de la actual situación económica y del mercado de trabajo no es vinculante que los desempleados vean más o menos excesivo el número de inmigrantes si los comparamos con los que gozan de una ocupación. De hecho hay un grupo de trabajadores que opinan que hay muchos inmigrantes, se trata de aquellos cuyos niveles de renta están por debajo de los 600 €, por ser personas de baja cualificación, con los que los inmigrantes sí que compiten directamente a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Del mismo modo, donde también hay una mayor percepción de exceso de inmigración es en amas de casa, parados y pensionistas. Bajo este paraguas no es difícil determinar por qué existe tal visión en Castilla y León del fenómeno migratorio más debido al perfil demográfico del conjunto de su población que al número en sí de inmigrantes que conviven en nuestro territorio.
migrantes existen en el conjunto nacional, algo que parece obvio. Castilla y León, es una de las seis Comunidades Autónomas que menor porcentaje de población extranjera tiene entre sus estructuras demográficas (6,1%, en 2008 fecha que se tomó en el estudio ), aunque la población local concibe que en su pueblo o ciudad hay un 11,7% de inmigrantes, casi el doble, y que en España hay un 18,8% , cuando la media era del 11,4% en el momento en el que se realizó el estudio en cuestión. Dicha percepción, si tomamos la totalidad de los resultados obtenidos en la encuesta, llega al 20,6% para el número de inmigrantes que residen en nuestra localidad, incrementándose al 22,7% para el conjunto nacional, otra vez, casi el doble. En todas las regiones españolas se percibe que hay mayor proporción de inmigrantes fuera de su pueblo o ciudad, menos en los casos de Madrid y La Rioja, de manera que podemos afirmar que existe la percepción, casi generalizada en nuestro país, de que hay más inmigrantes de los que realmente son, sobredimensionándose dicho fenómeno.Ante la pregunta de cómo considera el número de inmigrantes que actualmente hay en España, hemos de destacar que el 46% lo considera excesivo, lo cual nos reafirma la conclusión a la que llegamos actualmente sobre la elevada percepción existente sobre el número de inmigrantes que hay en nuestro país, mostrándose importantes diferencias entre Comunidades Autónomas. Curiosamente, Castilla y León está entre las seis regiones que más piensa que el número de inmigrantes en nuestros territorios es excesivo (51%), a pesar de que está entre las seis que menos proporción de inmigrantes tiene y siendo la séptima que menos número absoluto de inmigrantes tiene en sus estructuras demográficas, con una densidad de 1,78 inmigrantes/km2. Es evidente, por tanto, que el número de inmigrantes que conviven en nuestra localidad, no es determinante para que consideremos que su número es excesivo, de modo que nos tenemos que basar en otros criterios ajenos a la convivencia, como por ejemplo la imagen, en mayor o menor medida sesgada y sensacionalista, que de la inmigración nos dan los medios de comunicación. Dichos posicionamientos de la población local están influenciados y mediatizados por los medios de comunicación que hacen concebir la inmigración como una gran “problema”, aunque luego no sea, ni mucho menos, tal su magnitud. Del mismo modo Cea y Valles (2009) determinan que se dan factores que condicionan la percepción del exceso de inmigración en nuestra sociedad como son la edad (a mayor edad mayor percepción de exceso) y el nivel educativo y cultural (a menor nivel mayor percepción). No interfieren otros factores como el género o el tamaño del municipio, a pesar de que en estudios pasados sí q
ue se detectaban diferencias. De nuevo se produce un hecho que llama mucho la atención y es que no se observan diferencias significativas entre los posicionamientos de parados y trabajadores. A pesar de la actual situación económica y del mercado de trabajo no es vinculante que los desempleados vean más o menos excesivo el número de inmigrantes si los comparamos con los que gozan de una ocupación. De hecho hay un grupo de trabajadores que opinan que hay muchos inmigrantes, se trata de aquellos cuyos niveles de renta están por debajo de los 600 €, por ser personas de baja cualificación, con los que los inmigrantes sí que compiten directamente a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Del mismo modo, donde también hay una mayor percepción de exceso de inmigración es en amas de casa, parados y pensionistas. Bajo este paraguas no es difícil determinar por qué existe tal visión en Castilla y León del fenómeno migratorio más debido al perfil demográfico del conjunto de su población que al número en sí de inmigrantes que conviven en nuestro territorio. 
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